Amanixer pone el foco en la violencia digital contra las mujeres

Con motivo del 25 de noviembre, analizamos los tipos de transgresiones más comunes, cómo prevenirlas, cómo afectan a las víctimas y cuáles son las consecuencias legales para los agresores

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra la Mujeres, que se conmemora cada año el 25 de noviembre, Amanixer ha lanzado una campaña que pone el foco en el ámbito digital.

La entidad pretende sensibilizar sobre una lacra que se ha incrementado con el paso del tiempo y el auge de las redes sociales. En menos de una década se han multiplicado por cinco en España los delitos con fines sexuales y tecnología de por medio contra menores de 16 años, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad.

Las conductas de violencia digital de género se ejercen a través de las nuevas tecnologías (redes sociales, Internet, mensajería, etc.), trasladando las agresiones que sufren las mujeres en el mundo real al ámbito digital. Es por eso que la violencia digital no debe entenderse como un fenómeno aislado.

Humillaciones, amenazas y chantajes son algunas de las transgresiones más habituales para ejercer control sobre las víctimas. Acciones, en su mayoría, amparadas por el anonimato que proporciona las redes sociales y amplificadas por la inmediatez que ofrece Internet.

En menos de una década se han multiplicado por cinco en España los delitos con fines sexuales y tecnología de por medio contra menores de 16 años

Discriminar, humillar, chantajear, acosar o ejercer dominio, control o intromisión sin consentimiento en la privacidad de la víctima… Son razones que motivan a una persona, ya sea pareja o no, a ejercer la violencia digital.

En cuanto a los diferentes tipos que existen, Amanixer toma como base una clasificación realizada por el Consejo de Europa:

  • Ciberacoso: amenazas de violencia (incluida la sexual), coacción, insultos o amenazas, difusión no consentida de imágenes sexualmente explícitas.
  • Amenazas directas o violencia física relacionada con las tecnologías digitales.
  • Crímenes de odio relacionados con las tecnologías digitales. En el caso que nos ocupa, por razón de sexo.
  • Violaciones de privacidad relacionadas con la digitalización e Internet. ‘Doxing’ (revelación de información personal confidencial), robos o suplantaciones de identidad, o tomar, compartir y manipular datos o imágenes (incluidos datos íntimos).
  • Explotación sexual online.
Ilustración de mujer con teléfono móvil del que salen manos y le atrapan

La protección de los dispositivos electrónicos con antivirus, contraseñas seguras o huella digital es un requisito básico para tratar de evitar la sustracción de información personal. Más allá de eso, atender al sentido común es clave para eludir situaciones desagradables.

Configurar los perfiles de las redes sociales como privados o elegir qué mostrar y procurar no publicar datos personales son pautas a seguir. También se debe evitar subir fotos de niños y niñas y compartir material comprometido, con más motivo si son personas desconocidas las tienen acceso.

Prevención de violencia en mujeres y niñas con discapacidad

En lo que se refiere a mujeres y niñas con discapacidad, el prisma debe enfocarse desde una mirada interseccional. Las dificultades de acceso a la educación y a una vida autónoma y la falta de educación sexual suponen una menor prevención ante posibles actitudes vejatorias online.

Amanixer dedica parte de su esfuerzo en prevenir la violencia digital mediante el fomento de un uso responsable de la tecnología, Internet y las redes sociales. La entidad organiza talleres de alfabetización digital para mujeres con y sin discapacidad. Una de estas sesiones recientes se centró en enseñar el uso básico del teléfono móvil, haciendo hincapié en la seguridad digital, la privacidad y los riesgos de compartir información personal.

Dos mujeres usando su móvil en un taller de amanixer

Pese a los esfuerzos en prevención de la violencia digital, son muchos los casos de personas que sufren el impacto psicológico, social y económico de estos ataques. Según un informe de Amnistía Internacional, el 54% de las mujeres acosadas a través de redes sociales experimentó ataques de pánico, ansiedad o estrés. El 41% de las mujeres que sufrió acoso online sintió amenazada su seguridad física. Y, en una de cada tres, su salud mental se vio afectada y hasta el 57% sintió aprensión a utilizar redes sociales.

La oenegé Plan Internacional reveló que el 18% de jóvenes y niñas tuvo problemas en el colegio o instituto y con su familia y amistades.

Lo que es ilegal en la vida real, es ilegal en Internet

España es el único país de la Unión Europea que dispone de un texto sobre ciberacoso en el Código Penal. Son varios artículos los que hacen referencia a sanciones penales por cometer delitos de esta índole. Como ejemplo, según el artículo 183, contactar con menores de 16 años o con personas con discapacidad o con necesidades de protección para actos de carácter sexual pueden acarrear de uno a tres años de prisión.

Utilizar la imagen de otra persona para anuncios, perfiles en redes sociales, páginas de contactos o cualquier medio de difusión pública está tipificado por una pena de uno a tres años, según el artículo 172. Hasta los cinco años alcanzar la pena en caso de revelar o ceder datos personales descubiertos, como revela el artículo 197.

Es importante tener claro, en definitiva, que lo que es ilegal en la vida real, es ilegal en Internet.

A través del proyecto ‘Autónomas y diversas’, perteneciente a los proyectos para prevención de situaciones de dependencia promoción de la autonomía personal del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Amanixer fomenta el empoderamiento, el apoyo social y la creación de redes de sororidad en mujeres con discapacidad.

Proyecto Autónomas y Diversas de Amanixer financiado por el IASS del Gobierno de Aragón

Amanixer se une al manifiesto de Cemudis (Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad) por el 25N: Por una sociedad digital segura y sin sesgo patriarcal.

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