El suelo pélvico es la parte de nuestro cuerpo que cumple varias funciones muy importantes: sostiene nuestros órganos, desarrolla un papel fundamental en la esfera sexual y ayuda a controlar la continencia urinaria y fecal. Es esencial fortalecer la musculatura de nuestro suelo pélvico.
En los últimos años hemos empezado a escuchar cada vez con más frecuencia cuestiones relacionadas con el suelo pélvico. Clases de yoga o de pilates especializadas, sesiones para embarazadas y de recuperación tras el parto…
La mayoría de las veces que oímos hablar sobre suelo pélvico está relacionado con la etapa del embarazo. Pero fortalecer esta estructura de nuestro cuerpo tiene numerosos beneficios para la salud de todas las mujeres a lo largo de toda su vida, siendo importante tomar consciencia de ello desde jóvenes.
Pero, ¿qué es el suelo pélvico?
Se trata del conjunto de estructuras que tenemos en la parte inferior del abdomen. «No se trata de un suelo plano ni duro ni es solo un músculo, es un conjunto de músculos, ligamentos y tejidos», afirma la fisioterapeuta Patricia de Miguel, especializada en suelo pélvico y fisiosexóloga de Espacio Maeve.
«El suelo pélvico se ocupa de muchas y diversas funciones, comenzando por el sostén de los órganos, además ayuda a controlar la continencia urinaria y anal y juega un papel muy importante en la esfera sexual».
Y, si es una cuestión tan relevante que puede afectar a tantos ámbitos de nuestra vida, ¿por qué es tan desconocido?
Principalmente porque no somos conscientes de su existencia y no lo cuidamos hasta que no tenemos un problema. Uno de los errores más comunes frente a cualquier problema o molestia es normalizarla o ‘quitarle importancia’.
«Nos hemos habituado a considerar ‘normal’ el tener estreñimiento o sufrir pérdidas de orina cuando se llega a una determinada edad. Y no lo es», destaca la fisioterapeuta.
Normalizar estas situaciones implica que se ‘sufre en silencio’ y nos conformamos con ello, siendo una parte importante que afecta a nuestra salud e incluso a nuestra vida social. Igual que vamos a nuestra médica de cabecera cuando tenemos una gripe, podemos acudir a un especialista que valore el estado de nuestro suelo pélvico y su musculatura.
La fisioterapia «nos ayuda en la evaluación y las propuestas, pero la protagonista es la mujer, la que tiene que decidir cambiar, la profesional solo acompaña», explica Patricia.
No es una parte de nuestro cuerpo independiente, sino que trabaja de manera conjunta con nuestra musculatura al realizar tareas cotidianas como mantener nuestra postura, al levantar peso, al tener relaciones sexuales o al ir al baño. El suelo pélvico se activa de manera involuntaria, pero podemos ejercitarlo para que funcione de manera más correcta y sufra menos presión que acabe debilitándolo.
Además, no debemos esperar a tener problemas para cuidarlo. Desde jóvenes podemos empezar a adoptar diferentes hábitos que mejoran su estado. Debemos prestarle atención en todas las etapas de nuestra vida. Algunas mujeres con discapacidad pueden tener problemas añadidos, por ejemplo, aquellas que están sentadas en una silla de ruedas.
Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico
Lo más importante: conocernos. «Si sabemos qué aspecto tiene en cada etapa de nuestra vida, podemos ver qué cambios suceden», explica Patricia, «por eso el primer consejo es realizar autoexploraciones».
En segundo lugar, fortalecer nuestra musculatura. «El sedentarismo es uno de los mayores enemigos del suelo pélvico». Por eso, es recomendable practicar ejercicio de manera habitual que sea respetuoso con el suelo pélvico, como los famosos ‘hipopresivos’ que tan de moda están. Pero no solamente se basa en ejercicio físico.
Es importante mantener una correcta postura corporal, «practicar la autoelongación que consiste en ‘crecer’ como si nos estiraran desde la cabeza», recomienda la fisioterapeuta, «también sentarnos con una postura correcta y controlar nuestra respiración, que ayuda a conectar toda la musculatura abdominal».
Todo está conectado. Por eso, también es importante mantener nuestro cuerpo correctamente hidratado y nutrido y dormir las horas suficientes.
En resumen:
- Practicar ejercicio de manera habitual
- Hipopresivos
- Mantener una correcta postura corporal
- Practicar la autoelongación
- Controlar nuestra respiración
- Hidratarse
- Dormir las horas suficientes
- Evitar el estrés
El gran enemigo silencioso del suelo pélvico: el estrés
«Estamos viendo cómo empiezan a llegar a nuestras consultas mujeres cada vez más jóvenes», cuenta Patricia, «que no vienen con problemas de debilidad como las mujeres más mayores o las que han pasado por un parto, sino con problemas de hiperactividad provocados por el estrés y el ritmo de vida actual».
Taller de suelo pélvico
Desde Amanixer, junto con Patricia de Espacio Maeve, realizamos talleres enfocados en el conocimiento y fortalecimiento de suelo pélvico para mujeres con y sin discapacidad. Ponte en contacto con nosotras para solicitar más información.
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