Dos años del compromiso con las mujeres de Huesca y de Teruel

El viaje de la entidad junto a las mujeres con discapacidad y las cuidadoras de ambas provincias comenzó en 2022 y hoy cuenta con casi un centenar de asociadas

Este mes de agosto se cumplen dos años desde que Amanixer abriese sus puertas en Huesca y en Teruel para dar cobertura a las mujeres con discapacidad de las tres provincias aragonesas. Apoyo social, terapia psicológica, asesoría sobre sexualidad, empoderamiento para el empleo y talleres y actividades como, por ejemplo, los paseos saludables organizados en colaboración con Fundación Dfa… Todo con el fin de ofrecer un enfoque inclusivo y apoyo a estas personas, pero también a las que cuidan de ellas.

24 meses dan para mucho en el viaje de una asociación que acaba de emprender su viaje. También para comprender qué es lo que las personas usuarias valoran de Amanixer. «El apoyo socioemocional, que es difícil que encuentren en otras entidades, y la cercanía. Amanixer es una entidad muy cercana», quien extrae esta conclusión es Marta Bescós, técnica social de Huesca.

Por las instalaciones de la capital altoaragonesa, situada en la sede de Dfa (c/ Aragón, 3) han pasado ya 150 mujeres. Un dato que «refleja el impacto positivo y la necesidad de que exista un espacio como el que brinda Amanixer», comenta Bescós. Ahora mismo son 52 asociadas, con y sin discapacidad, cifra muy similar a la de Teruel (38), donde el número de usuarias atendidas asciende a 140.

Los comienzos en la provincia turolense no resultaron sencillos. «Fue duro porque había que ganarse la confianza de la gente, pero el boca a boca acabó dando sus frutos, así que empezamos a conocer a una gran cantidad de mujeres que necesitaban nuestros servicios», rescata María José Salvador, la primera trabajadora social de Amanixer en Teruel.

Tras un primer contacto con un grupo de apoyo de mujeres con discapacidad y cuidadoras en el medio rural, la entidad se dio de bruces en este territorio con su razón de ser. «Nos dimos cuenta que las mujeres lo que necesitaban simplemente es tiempo para ellas y también sentirse comprendidas entre iguales. Así comenzamos a tejer las redes de apoyo mutuo», destaca Salvador.

«Damos la oportunidad a mujeres con discapacidad y a cuidadoras de tener un espacio seguro»

Marta Bescós, técnica social en Huesca

Bescós, desde Huesca, va un poco más allá al explicar qué aporta Amanixer a la sociedad: «Brinda la oportunidad a las mujeres con discapacidad y a las cuidadoras de contar con un espacio seguro y permite hacer visible y normalizar una realidad que es desconocida».
El apoyo social, la terapia psicológica y los talleres continúan siendo los servicios más demandados. «Esto refleja la necesidad de apoyo que tienen las usuarias, ya que se abordan tanto las necesidades emocionales como las educativas y de desarrollo personal», comunica Marta Rueda, actual trabajadora social en Teruel. Su compañera de Huesca incide en la importancia de atender a un colectivo, como es el de las mujeres cuidadoras, que suele estar «bastante olvidado».

La labor de la entidad continúa en las tres provincias aragonesas. «Es un recurso invaluable para las mujeres que se enfrentan a las complejidades de la discapacidad, ya sea directamente o como cuidadoras», apunta Rueda. Amanixer, además de confirmarse como un espacio seguro, es un apoyo donde encontrar soluciones a sus necesidades específicas y empoderarse para llevar una vida plena y satisfactoria.

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